EXPERIENCIAS
CREATIVAS EN LA ORIENTACIÓN
CREATIVIDAD
EN EL AULA.
“No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden, de confusiones
organizadas,
de humanidad
deshumanizada, nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar”
Bertolt Brecht
Porque
necesitamos una escuela que integre el desarrollo de la creatividad y la
práctica
comunitaria como componentes significativos de las respuestas a los
principales
problemas que se le presentan en la actualidad.
Debemos
recuperar el sentido social de la escuela, reconstruyendo y
re-acreditando
colectivamente su función social.
Hoy en día en necesario comprender el entorno social educativo,
comenzar a transformar los conocimientos educativos partiendo del aula de
clase, ya que es allí donde se inicia todo ese proceso fantástico de creación
por parte de los seres humanos. La creatividad, la podemos definir como un
proceso de plantear un problema a la mente humana con claridad, por medio de la
imaginación, visualizando, suponiendo, meditando o contemplándolo, y partiendo
de esta, crear o inventar una idea, un concepto, un esquema nuevo, que supone
un estudio, reflexión y una acción a desarrollar. La Creatividad es la
capacidad de ver nuevas posibilidades y hacer algo al respecto. Cuando una
persona va más allá del análisis de un problema e intenta poner en práctica una
solución se produce un cambio. Esto se llama creatividad: ver un problema,
tener una idea, hacer algo sobre ella, tener resultados positivos. Los miembros
de una organización, sea cual sea sus intereses, tienen que fomentar un proceso
que incluya oportunidades para el uso de la imaginación, experimentación y
acción.
En los últimos tiempos, ha habido una mayor
aceptación de la valoración de la creatividad. Una charla en Tecnología, Entretenimiento, Diseño es una organización sin fines de
lucro dedicada a las “Ideas dignas de difundir” (TED), en 2003 pronunciada
por Sir Ken Robinson sobre esta cuestión llegó a más de 5 millones de
espectadores. En su reflexión, propuso que: “nuestros sistemas escolares
actuales reprimen la creatividad y que nuestro modelo actual deja poco espacio
para el pensamiento divergente. Gran parte de la responsabilidad de esa falta
de creatividad, y por lo tanto de innovación, se encuentra en nuestros sistemas
educativos tradicionales”. Estos sistemas educativos se basan en
enseñar la respuesta correcta.
Por el contrario, se necesita un modelo de pensamiento más
innovador, que potencie los aprendizajes dentro del aula y que este a su vez
ayude a profundizar y transformar el sistema educativo convencional que existe
en la actualidad.
Por otro lado, Sir Ken Robinson, uno de los mayores expertos
internacionales en el desarrollo de la creatividad y la
innovación tiene muy claro por qué dejamos de ser creativos al crecer:
“Los niños arriesgan, improvisan, no tienen miedo a
equivocarse; y no es que equivocarse sea igual a creatividad, pero sí está
claro que no puedes innovar si no estás dispuesto a equivocarte, y los adultos
penalizamos el error, lo estigmatizamos en la escuela y en la educación, y así
es como los niños se alejan de sus capacidades creativas”.
Robinson,
en sus conferencias explica que todos los sistemas educativos del mundo datan
de una realidad del siglo XIX, donde se iba a la escuela para conseguir un
trabajo, y se basan en una jerarquía de temas donde las matemáticas, los
idiomas o las humanidades tiene más peso que las artes porque el objetivo es
llegar a la universidad y preparar profesores universitarios. En una sociedad
industrial, formarse quería decir acumular información y conocimiento
para luego aplicarlo en el puesto de trabajo. Hoy, en una sociedad donde la información
está a golpe de clic, más que acumular conocimientos teóricos se necesita
desarrollar habilidades y capacidades para el desempeño profesional. Igualmente, por otro lado sostiene que:
“Los cambios sociales y tecnológicos han modificado el mundo y ahora
uno, tras pasar por la universidad, obtiene un título pero no un trabajo, y en
el mundo laboral se pide una inteligencia diversa mientras que el sistema
educativo merma algunas capacidades: no enseña a bailar igual que enseña
matemáticas, no apuesta por la música porque no lo ve como algo de utilidad
para un trabajo, y no educa a la totalidad del ser”,
Esto
implica muchas cosas que se han perdido dentro del sistema escolar, ya que la
mayoría de las personas en este caso los docentes solo se preocupan por
completar el proceso básico de enseñanza-aprendizaje, sin tomar en
consideración las diversas formas que presentan los estudiantes al momento de
comprender su entorno, y cerrarle una puerta muy valiosa en sus talentos que de
una u otra forma podrían contribuir con sus expectativas de vida y
especialmente en su carrera futura, sin llegar al fracaso o sumirse dentro de
un sistema de competencias que no le permita crecer individualmente.
Por tal motivo se hace
necesario, transformar desde los espacios escolares toda esa dinámica que
impera dentro de estas. Es necesario desarrollar nuevas formas de llevar el
conocimiento, pero desde una nueva perspectiva creadora donde se pueda fomentar las preguntas curiosas y las respuestas innovadoras, generar
un ambiente que potencie el espíritu colaborativo y pensar en la creatividad,
en términos de una habilidad a desarrollar, son algunas de las tendencias
actuales en educación que buscan promover la creatividad en el aula escolar. Fomentar
el intercambio de ideas y premiar aquéllas más innovadoras es una forma de
promover la creatividad en el aula, y esta a su vez ayudara en la
transformación integral de la escuela, donde los estudiantes encuentren
espacios para poder desarrollar todas sus potencialidades, pero que nazcan
desde un espíritu creador, donde el docente contribuya de manera eficiente en
la promoción de estas habilidades presentes en cada uno de sus estudiantes.
Para poder potenciar el aula
creativa dentro del sistema escolar, se hace necesario platear una serie de
alternativas que de una u otra forma pueden incidir directamente en el buen
desenvolvimiento de cada docente, que sirva como guía para poder ser asumidas
dentro del sistema escolar, como lo es:
Asumir la creatividad como
parte del aprendizaje.
Cotidianamente, los docentes deberían dar un lugar de excelencia a la
creatividad en el proceso de aprendizaje. Esto se puede lograr, por ejemplo,
generando premios para las soluciones más creativas encontradas a diferentes
problemas o exponiendo ante toda la clase los puntos de vista diferentes.
Pensar la creatividad como una
habilidad.
La creatividad no es una virtud innata, sino una habilidad que puede
ser enseñada y desarrollada a lo largo de la vida. El trabajo del educador
debería centrarse en encontrar maneras de fomentar su uso.
Crear un entorno que propicie
la creatividad.
Para que florezca, el pensamiento creativo tiene que ser compartido en
un ambiente social de mutuo apoyo. Se recomienda crear “comunidades,” de
estudiantes que fomenten la creatividad para resolver problemas.
Tener en cuenta todos los
debates y discusiones.
Es común que los niños formulen preguntas por fuera del tema que se
está tratando en clase. Es importante darles tiempo para plantear sus
interrogantes y luego responder a cada una de ellas.
Afirmar la libertad de
expresión.
El aula debe ser un lugar donde los estudiantes se sientan libres de
compartir nuevas ideas. Permite la flexibilidad y crea normas que fomenten
enfoques creativos.
Dejar espacio para los
errores.
Sir Ken Robinson lo dijo mejor que nadie cuando afirmó: “Si no estás
dispuesto a estar equivocado, nunca llegarás a nada original”.
Hacer un espacio para la
creatividad.
Un buen recurso puede ser diseñar algún espacio en el aula para
fomentar la exploración. Por ejemplo, una mesa para dibujar o un espacio para
provocar la dramatización y discusión de ideas.
La creatividad genera auto
confianza.
Todos nos apropiamos mejor del aprendizaje que auto cultivamos: los
niños no escapan a esta regla. Es recomendable pensar en dinámicas para que
generen proyectos propios y luego, exponer los resultados.
Animar la curiosidad de los
estudiantes.
Conviene indagar y considerar lo que es importante para los alumnos.
Este será un buen punto de partida para impulsar su propio pensamiento.
Comprender que la creatividad
es importante para el futuro de los estudiantes en el mercado laboral.
El mercado laboral actual requiere que los trabajadores sean
innovadores y creen sus propios puestos de trabajo, por lo que la educación
escolares un gran punto de partida para desarrollar tales habilidades.
La creatividad puede ser desarrollada a través del proceso
educativo, favoreciendo potencialidades y consiguiendo una mejor utilización de
los recursos individuales y grupales dentro del proceso de
enseñanza-aprendizaje. Siguiendo con estas ideas no podría hablar de una
educación creativa sin mencionar la importancia de una atmósfera creativa que
propicie el pensar reflexivo y creativo en el salón de clase.
Deben los profesores saber motivar a sus estudiantes,
incitándolos a que éstos den a conocer sus ideas, sus innovaciones, las
desarrollen a fin de no quedar anclado en lo tradicional, rutinario de la
enseñanza que cada día gracias a la globalización, a la dinámica cambiante de
los actuales escenarios demandan nuevas ideas, nuevos estilos de enseñanza y
aprendizaje.
Se nos señala, que la concepción acerca de una educación creativa parte
del planteamiento de que la creatividad está ligada a todos los ámbitos de la
actividad humana y es el producto de un devenir histórico social determinado.
La Creatividad nos recuerda, según Betancourt:
“es el potencial humano integrado por componentes
cognoscitivos, afectivos, intelectuales y volitivos, que a través de una
atmósfera creativa se pone de manifiesto, para generar productos novedosos y de
gran valor social y comunicarlos transcendiendo en determinados momentos el
contexto histórico social en el que se vive”.
Este concepto, integracionista, plantea una interrelación dialéctica de
las dimensiones básicas con que frecuentemente se ha definido la creatividad de
manera unilateral: persona, proceso, producto, medio. Este educar en la
creatividad implica el amor por el cambio. Es necesario propiciar a través de
una atmósfera de libertad psicológica y profundo humanismo que se manifieste la
creatividad de los alumnos, al menos en el sentido de ser capaces de
enfrentarse con lo nuevo y darle respuesta. Además, enseñarles a no temer el
cambio, sino más bien a poder sentirse a gusto y disfrutar con éste.
Un buen docente, plenamente identificado con su responsabilidad, con
ética, debe ser un generador de cambio, propiciar los cambios que permitan a
todos los involucrados a identificarse con el alcance, beneficio, que el cambio
genera, adaptar la enseñanza a las demandas que los escenarios exigen a fin de
mantenerlos activo, propiciar todo aquello que beneficie a todos los que en él
están involucrado. No se puede ser pasivo, como ha sido la costumbre en las
aulas, más bien figurativos, debemos darle paso a los cambios y a lo que ello
nos puede generar.
Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que una educación creativa
es una educación desarrolladora y auto- realizadora, en la cual no solamente
resulta valioso el aprendizaje de nuevas habilidades y estrategias de trabajo,
sino también el desaprendizaje de una serie de actitudes que en determinados
momentos llenan de candados psicológicos para ser creativos o para permitir que
otros lo sean.
Para finalizar, es necesario que los docentes del presente se
comprometan más en hacer uso de la creatividad, proporcionando conocimientos y
desarrollando habilidades sobre la creatividad y su proyección en la educación;
considerando al docente como profesional de la educación creativo e innovador.
El docente debe confiar en las capacidades potenciales de sus estudiantes.
Debe favorecer una enseñanza desarrolladora y colaborativa.
