La Orientación Educativa.

Se define como un proceso de ayuda sistemática y especializada que se ofrece a las personas, ya sea individualmente o en grupo, en todos los aspectos (personal, académica y profesional) y a lo largo de toda la vida, especialmente en los periodos críticos y decisivos (en momentos de claves y de transición o ante situaciones novedosas o problemáticas), siempre desde  una perspectiva preventiva y de desarrollo de potencialidades, ejercida mediante modelos (asesoramiento, de servicios, de programas, psicopedagógico) y estrategias de intervención diversas (entrevistas, dinámicas de grupos, tutorías, programas de intervención), y que tiene como finalidad el desarrollo de los conocimientos, capacidades, valores y competencias de las personas, para que puedan ajustarse al contexto social, académico, profesional u ocupacional en que viven.

Objetivos de la Orientación 

1. Implicar a los distintos agentes educativos en la acción orientadora. 
2. Propiciar el conocimiento de las características propias del alumnado, asumiendo que cada estudiante es único. 
3. Realizar un seguimiento personalizado del estudiante con un enfoque preventivo que evite, dentro de lo posible, la aparición de disfunciones y desajustes. Orientar al alumno es acompañarlo a lo largo de su escolaridad, estar dando información de forma continua ayudándole a resolver los problemas que se le planteen. 
4. Implicar a las familias en la educación de los estudiantes para unificar criterios y pautas educativas que redunden en una mayor coherencia entre escuela-familia.
5. La orientación debe propiciar que los dos grandes ámbitos con finalidad educativa como son la escuela y la familia, unifiquen criterios e incidan de forma coherente en el alumnado. 
6. Atender a los estudiantes que presenten necesidades educativas especiales buscando la optimización de los recursos y la máxima integración del alumnado.
7. Propiciar un clima de clase adecuado para la convivencia y el trabajo escolar buscando la aceptación de todos los estudiantes.
8. La enseñanza se desarrolla en un grupo humano compuesto por alumnos y profesores. Es objetivo de la orientación conseguir que el grupo humano de estudiantes funcione de forma cohesionada consiguiendo una motivación grupal adecuada.
9. El clima de clase tiene una gran importancia y repercusión en el progreso del grupo y de cada alumno. Un buen clima de clase favorece la autoestima, la responsabilidad, las actitudes favorables hacia el trabajo escolar, genera hábitos de trabajo y estudio, autonomía, colaboración solidaria y afán de superación.
10. Mediar en situaciones de conflicto entre el alumnado, o con el profesorado o la familia, buscando siempre una salida armoniosa al conflicto. 
11. Dada la complejidad de las relaciones humanas, y la educación se basa en las mismas, no debe extrañar que se produzcan conflictos entre los alumnos, o bien con algún profesor o entre un alumno y sus padres o hermanos. En tales situaciones debe buscarse una solución educativa evitando en lo posible actitudes autoritarias. 
12. La medicación entre las partes forma parte de las funciones del orientador. Estas deben tener unas habilidades básicas para la mediación que incluyen la capacidad de escucha, la empatía y la creencia en la búsqueda de soluciones asumidas.